Diplomacia en la oficina
Las diferencias de opinión y desacuerdos son propensas a suceder en el trabajo , pero puede depender de cómo manejes estas instancias. Ser simpático, equitativo y directo cuando las cosas se ponen difíciles en la oficina puede llevarte lejos para demostrarle a tu empleador que eres diplomático con tus compañeros y clientes.
Instrucciones
- 1Piensa racionalmente. La diplomacia implica lidiar con hechos, permanecer con los pies en la realidad y no ser emocional. Cuando trates de resolver un conflicto en el lugar de trabajo, evita basar tus argumentos en cómo te sientes o demostrar que das lugar a un chisme. Por ejemplo, si estás preocupado por la caída de las ventas, haz referencia a información concreta sobre el tema en vez de hacer comentarios negativos respecto del rendimiento de un vendedor. Evita hacer declaraciones universales, como "tú siempre" o "tú nunca", o generar un conflicto personal haciendo comentarios irrelevantes sobre la persona con quien tienes un problema. Concéntrate en resolver el problema que tienes en frente.
- 2Enfatiza la justicia. La diplomacia implica valorar y respetar una variedad de opiniones e ideas. Aunque puedas no estar de acurdo con el punto de vista o decisión de un colega, es importante que permitas que tus superiores, subordinados y compañeros se expresen sin interrupciones o contra argumentos, y que expreses que has procesado y comprendido lo que han dicho. Aún si hay un desacuerdo en los puntos que se tratan, tus compañeros apreciarán tu voluntad de oírlos.
- Actúa con seguridad. Cuando surja un problema, no asumas que el tema es un ataque a tu persona, aún si así lo sintieras. Investiga hablando directamente, y en forma privada, con la(s) persona(s) con quien tienes el conflicto. Ten cuidado de no involucrar a otros compañeros o a tú supervisor en la disputa, a menos que sea necesario. Demostrar que eres capaz de resolver un problema de forma diplomática muestra a tus colegas y superiores que eres profesional.
- 3Permanece en calma. Siempre mantén una postura relajada y nunca levantes tu voz. Hablar en voz moderada requiere que la persona con quien conversas te preste mucha atención. Mantén contacto visual durante la charla, y evita cualquier gesto con las manos hacia la otra persona.